
Los «viejos» (como cariñosamente solemos decirles) son parte importante de tu gran día y por lo tanto deberían ser considerados a la hora de la planificación y la toma de decisiones. No, este artículo no se trata de invitarlos a opinar sobre el color más adecuado para los arreglos florales, pues sabemos que «muchas manos ponen el caldo morado». Se trata más bien de pensar en ellos a la hora de elegir la locación, la música e incluso detalles de la ceremonia un poco más tradicionales por hacerles un guiño o gesto bonito.
- Locación: Piensa en lugares que ofrezcan instalaciones cómodas y de fácil acceso para los más viejitos de la fiesta. Si tu sitio luce complicado pero es el de tus sueños (como por ejemplo una espectacular boda en Galipán) entonces prepara al «staff» que te ayudará con la logística de ese día. Improvisar rampas con la decoradora y establecer un protocolo seguro para la tercera edad nunca está de más.
- Canciones del ayer: Quizás seas amante de la música electrónica o te guste menearte al ritmo del merengue y el reguetón, pero deja un espacio en tu lista para los clásicos del ayer que amenizan a aquellos de juventud prolongada. Ellos también tienen derecho a «echar un pie». Además, todos disfrutamos secretamente recordando el pasado.
- «Algo viejo, algo prestado, algo azul, algo nuevo»: tu abuela es la candidata ideal para cumplir con esta tradición nupcial. Seguramente tiene en su haber alguna prenda espectacular que funcione para cumplir con la tradición y asegurarte un matrimonio con todas la buenas vibras. A ella la hará muy feliz saberse parte de tu vestimenta.
Los abuelos y los padres te vieron crecer y merecen ser parte de esta etapa de tu crecimiento personal. No los dejes de lado.